jueves, 29 de septiembre de 2011

Wino Wino

Felicidad. Felicidad en estado puro. Brutal. Natural. Vocánico. Qué gozada. Era lo mejor del mundo. Mejor que la droga, que la heroína. Mejor que la coca, los chutes, porros, hachís, rallas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, LSD, éxtasis... Mejor que la nocilla, los helados de turrón y leche merengada, los batidos de pátano o el chocolate con almendras de Nestle. Mejor que todos los libros y películas de Harry Potter o la trilogía de George Lucas. Mejor que la serie completa de Friends o el final de como conocí a vuestra madre. Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn Monroe, la pitufina, Lara Croft, Naomi Campbel y el lunar de Cindy Crawfor. Mejor que las patatas del Foster´s, las fiestas de cortina, cualquier tipo de bebida. Mejor que el pequeño paso de Amstrong en la luna, el Space Montain, Papá Noel, la Navidad, la fortuna de Bill Gates, las malas experiencias cercanas a la muerte, todos los chutes de testosterona de Schwarzeneger o el colágeno en los labios de Pamela Anderson. Mejor que la cara de Paris Hilton. Mejor que la libertad... Mejor que la vida... Eso sí era felicidad.


(todos estos aspectos son completamente discutibles)

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