¿Esto es a lo que estamos acostumbrados? ¿Este es el camino que queremos tomar? ¿Es este nuestro modelo a seguir para resolver los problemas? El desacuerdo de opiniones y la disconformidad es algo que siempre ha existido a lo largo de la historia y que siempre existirá, podríamos decir incluso que por ley y naturaleza, pero en nuestras manos está el poder de cómo manifestarlo y de cómo hacerlo notar. Si nos comportamos como criminales y violentos, seremos tratados como tal. Si nos enfrentamos, nos enfrentarán y si golpeamos nos golpearán. Siempre habrá personas que no estén de acuerdo con la causa por la que luchamos, pero no por ello no se les debe respetar. La radicalización de las protestas hoy en día parece haberse convertido en algo normal, y la actuación de la policía en estos casos deja mucho que desear.
Siempre se interpondrán miles de personas, defiendo sus pensamientos aunque contradigan los nuestros, pero es todo cuestión dialogar. Es cierto que hacer cosas, cambia las cosas, y que no hacer nada, deja las cosas como están, pero no siempre cualquier cosa es la correcta, y no siempre la más fácil es la mejor. Por suerte, hemos nacido, y nos hemos criado en un país libre, en el que con sus defectos y sus virtudes nos han inculcado respetar. Muchos de nuestros antepasados murieron por defender la libre manifestación de opiniones, la libre imprenta, la libertad en general, pero no es ésto. Lo que defienden no es lo que estamos haciendo. La violencia, conduce a más violencia, y más aún si la violencia es contra personas que no están relacionadas con lo que estamos peleando. La libertad de expresión es un derecho al que accedemos con facilidad, pero no por ello quiere decir que sea la correcta. La agresión a nuestro prójimo, el robo de posesiones y la destrucción de establecimientos es algo ilegal, incorrecto y que hace que nuestras palabras y las acciones por las que luchamos pierdan valor.
La mayoría no somos conscientes de que somos los padres de los que están por llegar, los progenitores de un futuro responsables de formar, y que como tales les debemos al menos la posibilidad de mejorar y avanzar.
Marina.
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