jueves, 29 de marzo de 2012

Pienso, luego existo ¿no? Sí, para Descartes la vida se basaba en eso. Pero a veces pensar es malo. A veces, solo a veces, lo mejor es dejarse llevar y dejar la mente a un lado.
Pero en el momento en el que empiezas, ya no hay nada que te detenga, Ni si quiera tu misma. Y así comienza todo. Comienzan todas las preguntas sin respuesta. Las dudas. Los recuerdos, los sentimientos...
"¿Cuántas cosas han cambiado este año? Un nueva vida con una nueva forma. Y no me gusta esta forma. prefiero otro molde. Me gustaría un mundo más dócil, que no te hiciera perder las riendas, que no te arrastrara a donde quisiera. Un mundo pequeño, que te lo metieras en el bolsillo, como un llavero. Un cielo que te cuide, y que no te olvide. Que nos una. Y pienso que la vida podría ser como los creps, que los puedes rellenar como quiera y con lo que quieras. ¿Qué quieres cacahuetes? Te ponen cacahuetes. ¿Qué quieres coco? Te ponen coco.
Pero la vida es más bien como una comida precocinada, alguien ya ha escogido los sabores para tí. Y tú ¿qué puedes hacer?  Nada. O te doblas, o te rompes. lo malo cuando ya no te quieres doblar. Y ese es precisamente mi problema. Quiero revolución. Me pondré a amasar el mundo y empezaré con nosotras. Haré que volvamos a ser lo que éramos, y así por fin, no me pasaré las noches mirando este techo... Cuántas veces me ha hecho compañía. Cuántos sueños le he enganchado... Y siguen ahí. Colgados. Esperando a que alguien los recoja. Y yo no se con qué ritmo avanza la madurez. Las aceitunas se recogen en noviembre. La una en septiembre. ¿Y mis sueños? No lo sé.
Puede que los haya sembrado mal. Quizás no ha hecho suficiente sol en mi cuarto... Y ya hace mucho tiempo que estoy esperando, y nada. El árbol de mis sueños no quiere dar su fruto. "

                                                                 Marina.

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