Encantador el sentimiento patriótico y la unión nacional iniciada en los últimos meses, las banderas en los balcones, los cantos, las alabanzas, los gritos de júbilo y alegría de todos los españoles a coro vitoreando las dulces victorias. Pero cabe preguntarse... ¿Seguirá latente esta hipocresía cuando finalice la Eurocopa? ¿O nos alejaremos de este paréntesis emotivo para volver a la realidad cada vez más decadente de España?
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