- Dichoso tú, que estás así.
- ¿Qué quieres decir?
Se levanta y empieza a ordenarlo todo.
- Pues eso, que estás libre, que te diviertes, que haces lo que te apetece. Has estado fuera, aún estás dudoso, sin definir.
- Sí, soy afortunado.
Me marcho. Tendría que decirle demasiadas cosas. Tendría que explicarle de manera amable que ha dicho una innoble, grande y terrible gilipollez. Que uno busca la libertad sólo cuando se siente prisionero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario