viernes, 28 de septiembre de 2012

the best is yet to come


Dieciocho primaveras. Se supone que ahora tiene que ser más madura. Pensar mejor las cosas. No actuar impulsivamente... Se supone. Y ella, que se sigue viendo tan pequeña.
Supongo que lo que la diferencia de hace años, a ahora, han sido los cambios… Sobre todo este último año. No sabe todavía si a mejor, o a peor, pero sin dudarlo, cambios. Y en el fondo a nadie le gustan los cambios. Aprendió a dejarle la justa importancia a las cosas. A no hacer un desierto de una granito de arena. A vivir, con todo lo que ello conlleva.  Aprendió que las promesas suelen romperse. Que las noches de borrachera dejan secuelas. Que el whisky de 6 euros siempre trae consecuencias. Las mañanas de resaca no son buenas para conversaciones serias, ni ella está hecha para ellas. Se metió en vicios, se arrepintió, pero ahí sigue. Aunque sin duda, ellas siguen siendo su mejor vicio



Se dio cuenta, una vez más, que la vida es menos puta si está a su lado. 



Que no todas las historias tienen final feliz. Que los buenos no son tan buenos, ni los malos tan malos. Se sigue enamorando con cada canción de los Beatles, y si le duelen los recuerdos, se los cura con ginebra.
En el fondo, aún le queda mucho por aprender. Sigue siendo aquella niña a la que le gustaba jugar a las muñecas. Aquella que se entretenía con las cosas más insignificantes. 
En el fondo, no se ha hecho mayor…

Un año más, y como dijo Sabina, la vida sigue, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.


No hay comentarios:

Publicar un comentario