las palabras que me empujan a seguir
por el camino por difícil que est sea.
El hombro en el que lloras y nunca te fallará.
Solo queda daros las gracias.
Me ayudásteis a superar
miles momentos de trisiteza que
pudieron con mis ganas de seguir,
pero también supísteis reír con migo
cuando más lo necesitaba.
Sois mis compañeras,
de sonrisas, de borracheras.
Pero también de las peores resacas,
de los días tristes,
de las tardes aburridas de domingo,
de las noches del sábado,
de las noches compartidas.
¿Y si os digo que lo malo
a vuestro lado se hace bueno?
Solo vosotras sabeís sacar de mí
lo que llevo dentro.
Por mucho que aparente
conocéis cuando miento, cuando algo va mal,
cuando necesito un abrazo
o simplemente una frase de aliento.
Las cosas importantes suelen ser
las menos valoradas.
Guardáis mis secretos,
protegéis mis palabras,
y os quedáis a mi lado cuando todos se marchan.
Y aunque los días pasen
y con ellos nuestra vida,
se que allí estaréis,
por eso, y aunque ya me repita...
Gracias.
Cafetería estación de esquí Grandvalira
(Enero de 2010, Andorra)
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